"Música Docta Chilena" es una colección personal obtenida de diversas fuentes, con el único propósito de difundir las escasas grabaciones existentes de nuestro rico patrimonio musical en el ámbito serio.
CD 21:
Darwin Vargas (1925-1988) - Cantos del hombre para barítono y orquesta 15:59
Darwin Vargas (1925-1988) - Obertura para tiempos de adviento 12:05
Darwin Vargas (1925-1988) - Quinteto de vientos 09:05
Juan Lémann (1928-1998) - Cuarteto para maderas y clavecín 14:18
Juan Lémann (1928-1998) - Ironías Musicales 14:22
Juan Lémann (1928-1998) - Variaciones para piano 10:33
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Darwin Vargas Wallis (1925-1988) pertenece a un importante grupo de compositores Chilenos que empezaron a mostrar sus creaciones entre 1948 y 1950: un período de maduración, de apertura y de pluralismo de nuevas tendencias. Entre ellos están Juan Amenábar, Gustavo Becerra, Carlos Botto, Leni Alexander y Federico Heinlein .Debemos agregar además que existe un importante Festival de música contemporánea que lleva su nombre el cual es organizado hace varios años en el mes de Octubre por el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Una calle lleva su nombre. Desde muy temprana edad sintió una profunda pasión por la música. Ya a los diez años comenzó a recibir lecciones de violín y a apartarse de los juegos infantiles y las amistades escolares, algo que desde un comienzo no le atrajo mayormente. Posteriormente, ya de adulto, fue empleado bancario, una actividad que más tarde abandonó para dedicarse íntegramente a la música y al cultivo del campo.
La innata intuición musical le llevó a elegir el camino de la creación, siendo en sus comienzos autodidacta. Luego ingresó al conservatorio, donde estudió piano y composición con Juan Orrego Salas, Domingo Santa Cruz y Jorge Urrutia Blondel. También incursionó desde joven como instrumentista en la guitarra, una pasión en la cual se sintió atraído por el folclore vernáculo, componiendo algunas piezas, las cuales hoy forman parte del repertorio en concursos internacionales, y frecuentemente son utilizadas como material didáctico en la enseñanza del instrumento en los principales conservatorios y academias del país. Fiel a su panorama, se identificó con un lenguaje musical propio, en donde desechó lo rebuscado y el uso de fórmulas y experimentos compositivos de vanguardia. En ello logró, sin apartarse del folclore vernáculo, amalgamar las técnicas de maestros de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Así se advierten tanto la influencia de Hindemith -de cuya obra fue un estudioso- como la del nombrado organista y compositor francés Marcel Dupré.
Hombre de conocimientos amplísimos y profundos, multifacético y versátil, Juan Lémann Cazabón (1928-1998) compuso música para los más diversos géneros y estilos musicales. Su catálogo comprende obras para orquesta, distintas agrupaciones de cámara, instrumentos solistas, voz y coro, además de música para ballet, teatro, cine, mímica, himnos institucionales y composiciones de carácter didáctico y religioso. Fue además un eximio improvisador, no sólo en música clásica, sino también en géneros tales como el jazz, la bossa nova, la samba y otra diversidad de géneros populares. Hay piezas, especialmente para piano, que no figuran en su catálogo, ya que acostumbraba a interpretarlas en forma improvisada y no las pasó a partitura escrita. Sólo existen grabaciones de algunas de ellas.
Respecto de la motivación y el propósito que lo animaban al componer una obra, Lémann se consideraba mas bien ecléctico. Manifestaba no tener prejuicios estilísticos ya que no pertenecía a escuela composicional alguna. No usaba por lo tanto técnicas preconcebidas ni en la forma total ni en el detalle. Especial énfasis otorgaba al aspecto expresivo el que se vio siempre subrayado por un fuerte impulso rítmico y colorido instrumental. La unidad coherente, el sentido y la emoción eran también fundamentales en su música. Una característica poco frecuente en los músicos actuales, el sentido del humor, aparece abierta o esbozadamente en algunas de sus obras. Dependiendo de la motivación, se sentía cómodo en la música instrumental pura, de grupos de cámara o de gran orquesta. Esta diversidad de medios las ponía al servicio del desafío que significaba cada nueva obra.
