"Música Docta Chilena" es una colección personal obtenida de diversas fuentes, con el único propósito de difundir las escasas grabaciones existentes de nuestro rico patrimonio musical en el ámbito serio.
CD 9:
Carlos Isamitt (1885-1974) - Cuatro movimientos sinfónicos 12:39
Carlos Isamitt (1885-1974) - Evocaciones huilliches 11:29
Carlos Isamitt (1885-1974) - Suite de ballet El pozo de oro 13:01
Carlos Isamitt (1885-1974) - Del “Friso Araucano”: Umaq ul Pichichen 01:51
Enrique Soro (1884-1954) - Suite en estilo antiguo 21:42
Enrique Soro (1884-1954) - Suite en estilo antiguo 21:42
Enrique Soro (1884-1954) - Tres Aires Chilenos 08:46
--------------------------------------------------------
Carlos Isamitt Alarcón (1887-1974). La influencia del folclor en la vida artística de fines del siglo XIX y, sobretodo, de inicios del siglo XX, caló profundamente en las distintas artes nacionales. Mientras la dramaturgia integraba los pesares y la vida del hombre marginal, la música comenzó a integrar la vida del campo y las escenas cotidianas fuera de la urbe, amalgamando en su proceso de creación sonora el folclor de los diversos lugares del país. En este contexto, uno de los casos más notables de cristalización del folclor campesino en la música fue el de Carlos Isamitt.
Compositor, profesor e investigador musical, estuvo ligado entrañablemente a la música araucana, convirtiéndose prontamente en uno de los más acabados estudiosos y etnógrafos musicales de la cultura mapuche en el país.
Luego de haber cursado estudios en el Conservatorio nacional con Domingo Brescia y Pedro Humberto Allende, creó música directamente vernácula, sin sugerencias o etiquetas indígenas, lo que le valió el respeto de la comunidad académica, el estatuto de “indianista musical” y, finalmente, el galardón más preciado de la música chilena, el Premio Nacional de Artes mención Música, en 1965.
Su música se inspiró en la naturaleza, en la niñez y en el folclor criollo y araucano, mostrando vestigios poéticos –propios de la lengua mapudungún- y altamente humanos. Una de las obras que mejor refleja el espíritu de este compositor es su conocido Friso Araucano (1931), que pretendió realizar una síntesis musical de la vida mapuche.